La salud, lo mismo que la fortuna, retira sus favores a los que abusan de ella.
A manera de ejemplo, mencionamos las patologías más comunes que produce el tabaco en el organismo; el desarrollo de todas las patologías asociadas a las más de veinte especialidades médicas existentes, escapa al objetivo del método DíaD. Se podría escribir un tratado de más de tres mil paginas solo para abarcar parcialmente este tema.
Descubre cómo fumar afecta tu salud y que le pasa a tu cuerpo cuando dejas de fumar. Selecciona uno de los íconos o títulos para aprender más.
Genera adicción.
La nicotina de los cigarrillos es tan adictiva como la heroína(9). La adicción a la nicotina es difícil de combatir debido a los cambios que se producen en el cerebro. El cerebro forma más receptores de nicotina para recibir las grandes dosis de nicotina del tabaco. Cuando el cerebro deja de recibir la nicotina que acostumbra recibir se produce el síndrome de abstinencia de nicotina. Puedes sentir en intensidad variable: ansiedad, irritabilidad y una fuerte necesidad de nicotina(62).
Pelo, piel y faneras.
Fumar ocasiona caída del pelo, aparición de úlceras bucales y erupciones en cara, cuero cabelludo y manos. Discromía de los dedos; el alquitrán que contiene el humo tiñe los dedos y las uñas de un color pardo amarillento.Psoriasis: Entre dos y tres veces más frecuente entre los fumadores que en los no fumadores.Cáncer de piel: Duplica el riesgo de padecer cáncer de piel (carcinoma cutáneo de células escamosas) (94).
Disminución de la audición.
Fumar disminuye el suministro de oxígeno a la cóclea; un órgano con forma de caracol ubicado en el oído interno. Eso puede causar daño permanente en la cóclea y una disminución leve a moderada de la audición. Fumar también ocasiona infecciones del oído medio con una frecuencia tres veces superior, pueden acarrear otras complicaciones, como meningitis y parálisis facial(52).
Ceguera y visión nocturna.
El tabaco causa o agrava varias afecciones oculares; fumar provoca cambios físicos en los ojos que ponen en riesgo la visión. La nicotina de los cigarrillos restringe la producción de rodopsina una sustancia necesaria para que pueda ver de noche. Además, fumar aumenta el riesgo de cataratas (un 40% más frecuente en fumadores) y degeneración macular (ambas pueden conducir a ceguera)(94).
Caries.
Fumar afecta a la boca. Los fumadores tienen más problemas de salud bucal (exceso de sarro, dientes amarillos, llagas, úlceras y enfermedades de las encías) que los no fumadores. Un fumador tiene más probabilidades de tener caries y perder dientes a una edad más joven. También tiene más probabilidades de tener cáncer de boca y garganta(96).
Cara de fumador.
Fumar hace que la piel se reseque y pierda elasticidad, lo que conduce a la formación de arrugas y estrías. El tono de la piel se puede volver apagado y grisáceo. Sobre los 30 años pueden comenzar a aparecer arrugas alrededor de la boca y ojos, y dar la apariencia de más edad(52).
Corazón estresado.
Fumar aumenta la presión sanguínea y aumenta el esfuerzo del corazón. Con el tiempo, ese esfuerzo debilita el corazón, haciéndolo menos capaz de bombear sangre a otras partes del cuerpo. El monóxido de carbono del humo del cigarrillo que se inhala también contribuye a la falta de oxígeno, haciendo que el corazón trabaje aún más haciendo que aumente el riesgo de hipertensión y de obstrucción de las arterias, lo que puede provocar ataques cardíacos y accidentes cerebro vasculares(94).
Sangre viscosa
Fumar hace que la sangre esté espesa y viscosa. Cuanto más viscosa esta la sangre, más esfuerzo debe hacer el corazón para impulsarla por el cuerpo. La sangre viscosa también tiene más probabilidades de formar coágulos que obstruyen el flujo sanguíneo a el corazón, cerebro y piernas. Con el tiempo, la sangre espesa y viscosa daña la delicada capa que recubre el interior de los vasos sanguíneos. Este daño puede aumentar el riesgo de tener un infarto o un accidente cerebrovascular(96). Enfermedad de Buerger (Tromboangeitis obliterante); Puede, sino se trata, provocar gangrena y hacer necesaria la amputación de la zona afectada(94).
Depósitos de grasa.
Fumar aumenta la cantidad de colesterol y grasa no saludable que circula en la sangre, lo que conduce a depósitos de grasa. Con el tiempo, el colesterol, la grasa y otros depósitos se acumulan en las paredes de las arterias. Eso estrecha las arterias y obstruye el flujo normal de la sangre al corazón, el cerebro y las piernas. La obstrucción del flujo al corazón o al cerebro puede causar un infarto o un accidente cerebrovascular. La obstrucción de los vasos sanguíneos de las piernas podría provocar la amputación de pies o dedos de los pies(35).
Pulmón cicatrizado.
Fumar causa inflamación de las vías aéreas menores y del tejido pulmonar. Eso puede provocar insuficiencia respiratoria, donde el fumador tiene la sensación de tener el pecho rígido o que sienta falta de aire o respire con sibilancias. La inflamación continua genera tejido cicatricial, lo que conduce a cambios físicos en los pulmones y las vías aéreas que dificultan la respiración. Años de irritación pulmonar pueden generarle tos crónica con expectoración mucosa(38).
Enfisema.
Fumar destruye las pequeñas bolsas de aire (alvéolos) de los pulmones que permiten el intercambio de oxígeno. Cuando fumas, dañas algunas de esas estructuras. Los alvéolos no vuelven a crecer(38), de modo que cuando los destruyes, ha destruido parte de tus pulmones de forma permanente. Cuando se destruyen suficientes alvéolos, aparece el enfisema. El enfisema causa dificultad respiratoria intensa (pudiendo ser necesaria una traqueotomía para poder respirar) y puede conducir a la muerte.
Infecciones respiratorias.
Las vías aéreas están recubiertas por diminutos cabellos, como los de un cepillo, llamados cilios. Los cilios eliminan moco y residuos para que los pulmones permanezcan limpios. Fumar paraliza temporalmente y hasta mata los cilios(38). Eso aumenta el riesgo de infecciones. Los fumadores tienen más resfríos e infecciones respiratorias que los no fumadores(34).
Cáncer
Está científicamente demostrado desde hace más de cinco décadas, que fumar puede causar cáncer(95). El cuerpo está formado por células que contienen material genético, o ADN, que actúa como un “manual de instrucciones” para el crecimiento y el funcionamiento celular. Cada vez que se aspira el humo de un cigarrillo, las mas de 40 sustancias cancerígenas contenidas en el cigarrillo dañan el ADN. Cuando el ADN se daña, el “manual de instrucciones” se altera y las células pueden empezar a crecer descontroladamente y generar un tumor canceroso. En un principio el organismo trata de reparar el daño que produce el cigarrillo al ADN celular, pero con el tiempo el cigarrillo puede deteriorar este sistema de reparación del ADN y conducir a cáncer, como el cáncer de pulmón, el riesgo de cáncer de pulmón es 22 veces mayor en los fumadores(52). Cuantos más años de lleves fumando, más se multiplica el riesgo de padecer otros tipos de cáncer como: boca, laringe, garganta (faringe), esófago, estómago, vejiga, riñón, páncreas, hígado, cuello uterino, colon, recto, sangre, y un posible largo etc. que queda por demostrar(94). Un tercio de las muertes por cáncer son causadas por el uso de tabaco(96).
Abdomen
Los fumadores tienen abdómenes más prominentes y menos masa muscular que los no fumadores. Los fumadores tienen más probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2, aunque no fumen todos los días. Fumar también dificulta el control de la diabetes una vez que se tiene la enfermedad(38). La diabetes es una enfermedad grave que puede conducir a ceguera, enfermedades cardíacas, insuficiencia renal y amputaciones(52). Ulcera gástrica: Las ulceras responden peor al tratamiento y tienden a repetirse más a menudo(94).
Disminuye los niveles de estrógeno.
Los estrógenos son considerados las hormonas de la juventud y la longevidad en las mujeres(54). Fumar disminuye el nivel de estrógeno de las mujeres. Eso puede ocasionar resequedad de la piel, disminuir la densidad del cabello y problemas de memoria. Las mujeres fumadoras disminuyen significativamente el efecto protector antienvejecimiento de los estrógenos(43). Problemas de infertilidad, y complicaciones durante el embarazo y el parto. El aborto espontáneo y la muerte prenatal son entre 2-3 veces más frecuentes. Aumenta el riesgo de que el recién nacido tenga bajo peso y problemas de salud en el futuro. Fumar también puede conducir a menopausia precoz, lo que aumenta el riesgo de padecer de algunas enfermedades (como las cardíacas). Mayor riesgo de cáncer cervicouterino y cáncer de útero(44).
Problemas de función sexual.
Fumar produce dificultad del riego sanguíneo del pene; lo que conduce a la incapacidad de lograr o mantener una erección(35) (impotencia). Las toxinas del cigarrillo también pueden dañar el material genético del esperma, lo que puede causar infertilidad (deformación de los espermatozoides, reducción del número de espermatozoides, etc..) o defectos genéticos en tus hijos(35).
Recuento elevado de glóbulos blancos.
En un fumador, el número de glóbulos blancos (células que defienden al organismo contra infecciones) se mantiene elevado. Eso es un signo de que el organismo está bajo estrés, luchando constantemente contra la inflamación y el daño causados por el tabaco. Un recuento elevado de glóbulos blancos es un aviso del organismo de que ha sufrido una lesión. Los recuentos de glóbulos blancos que se mantienen elevados por mucho tiempo se relacionan con un mayor riesgo de infartos, accidentes cerebrovasculares y cáncer(52).
Cicatrización más lenta.
Los nutrientes, los minerales y el oxígeno llegan al tejido a través del torrente sanguíneo. La nicotina causa estrechez de los vasos sanguíneos, lo cual disminuye los niveles de nutrientes suministrados a las heridas. Como consecuencia, las heridas tardan más tiempo en cicatrizar. La cicatrización lenta de heridas aumenta el riesgo de infecciones después de una lesión o cirugía y pueden aparecer dolorosas úlceras en la piel y causar la muerte lenta del tejido(94).
Sistema inmunitario debilitado.
El humo del cigarrillo contiene altos niveles de alquitrán y otras sustancias químicas que pueden hacer que tu sistema inmunológico sea menos eficaz en combatir infecciones. Eso significa que tendrás más probabilidades de enfermar. El debilitamiento continuo del sistema inmunológico puede hacer que seas más vulnerable a las enfermedades autoinmunes, como la artritis reumatoide y la esclerosis múltiple. También disminuye la habilidad del organismo para combatir el cáncer(94).
Deterioro muscular.
Cuando se fuma, fluye menos sangre y oxígeno a los músculos, lo que dificulta generar músculo. La falta de oxígeno también hace que los músculos se cansen con facilidad. Los fumadores tienen más dolores musculares que los no fumadores(52).
Más fracturas.
Los ingredientes del humo del cigarrillo afectan el ciclo natural de la salud ósea. El cuerpo es menos capaz de formar tejido óseo nuevo y degrada el tejido óseo existente más rápidamente(95). Con el tiempo, fumar conduce a un adelgazamiento del tejido óseo y pérdida de densidad de los huesos (enfermedad conocida como osteoporosis). Esto hace que los huesos se vuelvan débiles y quebradizos. En comparación con los no fumadores, los fumadores tienen un mayor riesgo de fracturas y sus huesos rotos necesitan más tiempo para sanar, tardan hasta un 80% más en soldarse(34).
Rompe el ciclo adictivo.
Dejar de fumar puede resetear (formar nuevas conexiones neuronales) al cerebro y ayudar a romper el ciclo de la adicción. El gran número de receptores de nicotina del cerebro volverá a niveles normales después de aproximadamente un mes de que se haya dejado el cigarrillo(1).
Mejor audición.
Dejar de fumar mantendrá la audición en condiciones óptimas(34). Recuerda que incluso una pérdida auditiva leve puede causar problemas (como no escuchar instrucciones correctamente y hacer algo mal).
Mejor visión.
Dejar de fumar mejorará la visión nocturna y ayudará a preservar la visión general ya que detiene el daño que el cigarrillo produce en los ojos(35).
Boca limpia.
A nadie le gusta una boca sucia. Después de unos pocos días sin fumar, la sonrisa será más brillante. Mantendrá la boca saludable en los años venideros.
Piel joven.
Dejar de fumar es mejor que una crema antiarrugas. Dejar de fumar puede ayudar a desmanchar la piel y protegerla de envejecimiento prematuro y arrugas(96).
Disminución de los riesgos cardíacos.
Fumar es la principal causa de infartos y enfermedades cardíacas. Pero muchos de estos riesgos cardíacos se pueden revertir simplemente dejando de fumar. Dejar de fumar puede disminuir la presión arterial y la frecuencia cardíaca casi de inmediato. El riesgo de infarto comienza a disminuir a las 24 horas(94).
Sangre menos densa.
Cuando se deja de fumar, la sangre es menos densa y es menos probable que se formen coágulos sanguíneos peligrosos. El corazón también tendrá que esforzarse menos, ya que podrá bombear la sangre por el cuerpo con mayor facilidad(34).
Niveles más bajos de colesterol.
Dejar de fumar no eliminará los depósitos de grasa existentes en el cuerpo. Pero disminuirá los niveles de colesterol y grasa circulantes en la sangre, lo que ayudará a que la acumulación de depósitos grasos en las arterias sea más lenta(52).
Detiene el daño pulmonar.
Las cicatrices en el pulmón no son reversibles(38). Por eso es importante dejar de fumar antes de dañar los pulmones permanentemente. En dos semanas después de dejar de fumar quizás notes que te resulta más fácil subir escaleras, porque te falta menos el aire. No esperes más, ¡deja de fumar hoy!
Previene el enfisema.
No existe una cura para el enfisema, y empeora con el tiempo(38). Pero dejar de fumar temprano, antes de pasar años dañando las delicadas bolsitas de aire de los pulmones, ayudará a no padecer enfisema pulmonar en el futuro. Si ya se tiene el enfisema, no fumar puede ayudar a que no empeore.
Nuevos cilios.
Los cilios comienzan a crecer nuevamente y recuperan su función normal muy rápidamente después de dejar de fumar(38,94). Son una de las primeras estructuras del organismo que sanan. Algunas veces las personas notan que tosen más de lo habitual cuando dejan de fumar. Eso es un signo de que los cilios se están recuperando. Tendrás más probabilidades de combatir resfríos e infecciones cuando los cilios funcionan adecuadamente.
Menor riesgo de cáncer.
Dejar de fumar impedirá que se produzcan más daños al ADN y hasta puede ayudar a reparar el daño ya hecho(35). Dejar de fumar inmediatamente es la mejor manera de disminuir el riesgo de tener cáncer.
Abdomen menos prominente.
Dejar de fumar reducirá la grasa abdominal y disminuirá el riesgo de diabetes. Si ya tienes diabetes, dejar de fumar te ayudará a mantener controlados los niveles de azúcar en la sangre(95).
Niveles normales de estrógeno.
Los niveles de estrógeno volverán gradualmente a la normalidad después de que deje de fumar(43,44). Si esperas tener hijos algún día, dejar de fumar ahora aumentará tus probabilidades de tener un embarazo saludable en el futuro.
Curación de problemas sexuales.
El buen sexo aumenta la autoestima, el sexo es vital para la buena energía del cuerpo. Al dejar de fumar , pueden disminuir las probabilidades de tener una disfunción eréctil y mejorar las probabilidades de tener una vida sexual sana(24,33).
Recuento normal de glóbulos blancos.
Cuando se deja de fumar, el organismo comienza a sanarse del daño causado por el cigarrillo. Con el tiempo, los recuentos de glóbulos blancos volverán al nivel normal y ya no estarán a la defensiva(94).
Cicatrización adecuada.
Dejar de fumar mejorará el flujo sanguíneo a las heridas, lo que permitirá que importantes nutrientes, minerales y oxígeno lleguen a la herida y ayuden a que tenga una buena cicatrización(52).
Sistema inmunológico más fuerte.
Cuando se deja de fumar, el sistema inmunológico ya no estará expuesto al alquitrán y la nicotina. Se fortalecerá y tendrá menos probabilidades de enfermarte(95).
Músculos fuertes.
Dejar de fumar ayudará a aumentar el oxígeno en la sangre y los músculos se harán más fuertes y sanos(52).
Huesos más fuertes.
Dejar de fumar puede disminuir el riesgo de fracturas(95,34), tanto ahora como en el futuro. Mantén tus huesos fuertes y sanos dejando de fumar ahora.